Mes: julio 2019

MATILDA

Semáforo ÁMBAR

Vamos con otro clásico, esta vez el de la niña con poderes especiales que tiene que enfrentarse a un entorno completamente hostil.

Si bien el mensaje que lanza es muy positivo, y se fomenta la lectura y las buenas maneras, también salen arquetipos muy negativos, empezando por la familia que ignora y abusa de la niña o la directora del colegio. Ahora bien, dichos estereotipos están tan exagerados que son fácilmente identificables como parodias y se pueden usar para hablar con los peques de esas cosas.

Sin embargo, pese a todo ciertas cosas que salen nos llevan a no decidirnos ni por darle el visto bueno ni por rechazarla, así que lo dejamos en ámbar.

EL CHICO DE ORO

Semáforo ROJO

Otro clásico de los 80 de los que seguro que recuerdas como divertido e «inofensivo». Sin embargo, tras una revisión, aunque sigue siendo una historia llevadera y entretenida, tiene algunos puntos oscuros.

Recordemos que el protagonista busca niños desaparecidos, y la chica que busca está muerta. Además, está todo el tema de tener que comer sangre, hablar de temas religiosos, mucha violencia (con muertes incluidas) y varios topicazos, incluidos algunos de género (aunque en general la chica es muy superior al chico pese a la actitud de machote de este).

Eso sí, en general todo lo malo ocurre al principio, así que si se consigue pasar esa parte el resto es más aventura clásica con unos cuantos golpes bastante divertidos, aunque tenemos que ponerle el semáforo rojo pues el nivel de violencia es comparable al de las pelis de superhéroes actuales, y si a esas se le ponen el rojo, aquí hay que ser coherentes por mucho que la nostalgia haya estado a punto de hacernos ponerle el ámbar.

SHAZAM

Semáforo ROJO

DC se sigue poniendo las pilas, y esta peli ya resulta comparable a las de Marvel. Es divertida, llevadera, los protagonistas son jóvenes, fomenta valores de amistad y familia, habla de responsabilidad, se puede trabajar el tema de que el malo probablemente sea así por cómo era su familia con él… Así que el principal problema es el de siempre en este tipo de películas de superhéroes: La violencia. Todo se arregla a golpes. Además estaría el tema del lenguaje y expresiones, en ocasiones poco adecuado. Aparte de eso, quizá a algunos les pueda causar algún problema el tema de la verdadera madre del prota, ya que eso de una madre que abandona a su hijo y pasa de él a algunos peques puede que les choque mucho. Bueno, y que es totalmente previsible, pero eso ya entra en otros campos que no analizamos aquí.

Por tanto, nosotros para peques no la recomendamos, y adolescentes pues según cómo lleves el tema con tu prole. En esencia si ya le has dejado ver algunas de Marvel tipo Ant-Man o Capitana Marvel, Shazam va en la misma tónica, y si no, pues eso.

LAZY TOWN

Semáforo VERDE

La joven Stephanie llega a vivir a Lazy Town con su tío, el alcalde, pero se encuentra un sitio donde la gente es muy vaga y lleva un estilo de vida muy poco saludable (no dejan de comer dulces, estar con los videojuegos…). Con la ayuda de Sportacus, una especie de superhéroe deportista que no para de dar saltos y hacer cabriolas, combatirán los descabellados planes del malo, que pretende que todo el mundo siga como estaba (y que es genial).

La serie es muy colorida y suele tener al menos una canción bastante movidita. Además , dado que fomenta el deporte, la comida equilibrada y la vida saludable en general, no encontramos motivos para no recomendarla, dado que los capítulos también suelen tener componentes educativos conforme los distintos personajes se van enfrentando a sus problemas o particularidades.

Con 4 temporadas, no parece que vaya a haber mucho más de la serie y menos ahora que el que hacía de malo murió recientemente de cáncer, pero al fin y al cabo ya cambiaron a la actriz que hacía de protagonista tras la segunda temporada, así que todo es posible.

BARBIE DREAMHOUSE ADVENTURES

Semáforo ÁMBAR

La familia de Barbie, a la que ya hemos podido «disfrutar» en alguna «película» (atentos porque en breve aparecerá la guía de animación, con de momento casi 300 películas debidamente comentadas), viviendo situaciones no tan habituales ni realistas como en la serie se pretende hacer ver. Incluso el capítulo del «hada del tejado» puede hacer que algún peque descubra que muchas de esas cosas mágicas en las que cree en realidad no existen.

En un tono muy actual, con Barbie en plan youtuber y todos los dispositivos y cacharritos que te puedas imaginar (que hay que pedírselos luego a los papis), la serie está relativamente cuidada para que no salga nada «reprochable», de manera que los problemas que le vemos no están tanto en las historias como en el trasfondo, en los roles que se ven, que son completamente tradicionales y están llenos de tópicos. Y luego está el consumismo «velado», ya que por un lado todo son productos a la venta, y por otro muestran un tren de vida al alcance de no demasiadas familias. Además, no esperéis ver a nadie gordo. Ni feo. Ni sin una perfecta sonrisa profident.

Por tanto, y pese a que en redacción la mera palabra «Barbie» nos causa tiricia, hemos intentado ser lo más objetivos posible y le hemos puesto el semáforo ámbar, ya que si bien la serie pretende ser moralizante y se ha vigilado que sea políticamente correcta, es cierto que es un «políticamente correcta USA», por lo que lo hace desde unos valores y estereotipos que a día de hoy muchos podrían considerar obsoletos o pasados de moda.

Al menos mientras siga el Netflix el riesgo estará controlado.

VÍDEOS DE YOUTUBE

Semáforo ROJO

Quien más quien menos, todo padre ha dado alguna vez a su peque un móvil o tablet para tenerlo entretenido en algún momento especialmente delicado. Eso los que tienen cuidado de intentar que no pasen mucho tiempo delante de una pantalla, porque están los que directamente les enchufan la tablet con menos de 5 años y les regalan un móvil antes de los 10.

Así las cosas, antes o después casi todos acaban en ese cajón sin fondo que es Youtube. Obviamente, en redacción no hemos visto TOOOOOODO lo que hay en Youtube, porque es probable que sea imposible, pero sí hemos visto suficiente como para saber que el semáforo rojo no hay quien se lo quite.

A ver, tiene algunas cosas buenas, que realmente tratan de ser educativas y/o que son bastante inocentes, peeeeero, incluso estas generalmente suelen tener un par de problemas.

El primero que suele ser eso que llaman «publicidad encubierta», en muchas ocasiones las historias se basan en personajes comerciales que muestran muchas cosas para que los niños se las pidan a sus papis.

El segundo es que incluso en los mejor intencionados, si el que lo realiza tiene algún defecto, lo mete en sus producciones, y no es raro ver determinadas ideologías o tópicos de género aderezados con laísmos y errores varios (nuestro favorito siempre será «habían muchos amigos»).

Eso, como decimos, para las buenas, las que más o menos tienen un pase. Luego están los que directamente ponen a Peppa Pig a follar con Danny Dog, a los Playmobil a suicidarse o, si la leyenda es cierta, a meter cosas como Momo entre escena y escena de la canción de moda.

Y a otro nivel están cosas que en redacción no comprendemos más que como una prueba irrefutable de que la raza humana está muy cercana a su extinción como por ejemplo que haya gente que se grabe jugando a algún videojuego (y claro, que luego haya gente que lo vea).

Así que sí, alguna vez encontrarás algo bueno, y de cuando en cuando incluso habrá cosas que tus peques te pedirán hasta la náusea tipo la canción del «Baby Shark» o el «Osito Gominola», pero creemos que esta es una de las reseñas más innecesarias de Minami3000 dado que cualquiera con dos dedos de frente sabe que no hay que dejar a los peques sin supervisión con un medio de acceso a internet en las manos.

POKÉMON GO

Semáforo VERDE

Cuando salió, hace unos años, fue una revolución e incluso llegó a haber problemas por la fiebre de cazar pokémons. Hoy en día la cosa no es tan bestia pero el juego sigue teniendo una ingente cantidad de seguidores, y es que el jueguecete tiene unas cuantas cosas buenas. Ahora bien, ¿y para mi peque?

Pues a nivel muy básico, le vamos a dar el visto bueno. La opción de jugarlo a nivel «poco friki», simplemente saliendo a cazar pokémons y poco más, es atractiva, te hace salir a la calle (aunque se suele andar despacio y con paradas frecuentes, así que como ejercicio no creemos que sirva demasiado), estás con tu prole, podéis compartir afición, están las fotos con lo de la realidad aumentada, te puedes poner las pilas y estudiar los pokémon para hacerte el sabio…

Obviamente, el juego tiene para muchísimo más, puedes analizar tus pokémon a ver cuáles son mejores o peores, puedes combatir en gimnasios, realizar incursiones, misiones, intercambios… Pero eso es otro nivel, en el tema que nos movemos en esta página el juego mola en su versión simple, es decir, salir un poco de casa con tu hijo y cazar unos pocos bichos. Más es arriesgarte a viciarte (bien tú, bien tu peque, bien ambos), porque el juego está ideado para eso, para engancharte, y a la que te descuides puede que te encuentres saliendo a las mil de la noche porque a esa hora es más fácil conquistar un gimnasio y además así tú luego lo controlas más tiempo, empollándote guías en internet o pagándote un viaje al país X porque hay un pokémon específico que solo sale allí.

Nosotros lo hemos analizado con un móvil Android octacore y 4Gb de RAM, y ha ido bastante fluido, aunque eso sí, el juego chupa datos a niveles cósmicos, con lo que si no tienes una buena cuenta, apenas podrás jugar unos días hasta que consumas toda tu tarifa (luego con la opción de «puedes seguir navegando pero más lento» el juego ya no funciona, también lo hemos comprobado).

STRANGER THINGS

Semáforo ROJO

Hoy se estrena la tercera temporada, así que como buenos frikis en redacción nos hemos pegado una mega maratón en los últimos días aprovechando que son solo dos temporadas (y cortitas) y la tenemos fresquita para comentar.

Al fin y al cabo, no sería la primera serie “de éxito” que en parte debido a su fama acaba siendo consumida por peques. Cosa que desaconsejamos.

Vamos a ver, la serie está muy bien, la primera temporada es magistral, recombina un montón de clichés y adereza con un toque de nostalgia ochentera dando un resultado excepcional. La segunda es más flojita y muy previsible, pero como ya te has encariñado con los personajes se le perdona. A ver la tercera.

Peeeeero, por mucho que tú la puedas disfrutar como adulto, no la acabamos de ver adecuada para los peques. Es cierto que los principales protagonistas son niños, y que es muuuuuucho más juvenil que otras series de éxito, especialmente desde que Juego de Tronos puso de moda la violencia salvaje y el sexo muy explicito, pero sigue teniendo ciertos elementos que no vemos claros para los más jóvenes, empezando por las escenas de miedo o tensión y terminando por las tristes, pasando por ciertas dosis de violencia, lenguaje no muy adecuado y ciertos escarceos sexuales con unos estereotipos de género muy marcados al estar la serie ambientada en los 80.

Pese a todo, si se la pones a tus peques, puedes aprovechar para tratar el tema del acoso (a los protas les pegan los abusones por ser unos frikis), la igualdad (se deja entrever que con alguno de ellos se meten además por ser “mariposón”), las desigualdades sociales (muy contrastadas entre los dos “novios” de la chica), la amistad (muy fuerte, inocente y de las muy bonitas), el amor… Vamos, que tiene muchas cosas buenas, si la serie no fue un éxito por nada, pero es eso, que las cosas no tan buenas en este caso creemos que pesan más en la balanza.

Quizá en la adolescencia, pero con menos de dos cifras en la edad casi que no.

Edición posterior: Vista la tercera temporada. No nos ha gustado tanto como la primera, pero sí más que la segunda. Es en general más divertida y menos oscura, aunque empieza a tener demasiados personajes y se le ve un poco el plumero con la publicidad «encubierta».