Semáforo VERDE
Reseña calentita con los títulos de crédito aún resonando. La verdad es que ponemos el semáforo verde por coherencia con las dos anteriores, pero lo cierto es que lo suyo sería ámbar. Y es que esta tercera entrega es más de lo mismo, o mejor dicho, «más todavía».
Más canciones, todavía más cansinas. Más actores, todavía peores. Más color, todavía más chillón. Más decorados, todavía más de cartón-piedra. Más segundas oportunidades, todavía más artificiales. Más de todo. Sin olvidar las dedicatorias y homenajes a Cameron Boyce, el actor que interpreta a Carlos, recientemente fallecido.
La promo de la peli hizo creer que el malo sería Hades, pero en realidad es Audrey, que enfurruñada porque Mal (la protagonista) le ha «robado» su vida se vuelve mala.
El resto, pues lo ya dicho en las anteriores entregas pero metiendo a todos los personajes de las susodichas películas que sea posible para que todos se vuelvan buenos y tengan segundas oportunidades y blablabla con un final muy moralizante y muy utópico y tal. Todo muy cuidado para que sea políticamente correcto, pero no deja de ser Disney, así que están todos los tópicos esperables, especialmente en cuanto a roles tradicionales y cuestiones de género y románticas.
Lo mejor de la peli es que todo queda bastante cerrado y parece que no habrá un Los Descendientes 4.