Semáforo ÁMBAR
Se estrena la nueva temporada, así que llega el momento de darle un repasito a la serie que ha dado lugar a muchos de los disfraces infantiles de estos recientes carnavales.
Aunque indudablemente tiene puntos a favor (como tener una protagonista fuerte y con carácter o el tratar ciertos temas bastante del día a día actual), para el rango de edades en el que nos movemos todavía parece excesivamente pastelosa, demasiado centrada en los amoríos entre personajes (cuando a estas edades muchos todavía ven eso bastante lejano). Además también tiene el inconveniente de ser de las que resuelve los problemas a golpes (al fin y al cabo, se supone que es una serie de superhéroes, ya que Ladybug y Cat Noir se dedican a solucionar los problemas que crea el en apariencia malvado Lepidóptero).
Todo hay que decirlo, el que una serie no sea estadounidense por aquí siempre será un punto a favor, y se agradece que los fondos y trasfondos sean europeos (la serie transcurre en París, donde entre otras cosas se puede ver Notre Dame, tristemente de actualidad), mucho más cercanos a nosotros que los de allende los mares.
Pese a todo, el pasteleo romántico y el tema de edad nos lleva a ponerle el ámbar y dejar la decisión en otras manos. Quizá para preadolescentes sea más adecuada, pero para peques mejor ser prudentes.